El cajo de un libro es una parte de la encuadernación que sirve para proteger el libro y darle una mejor apariencia.
Esta es la definición que da el Diccionario de la lengua española de la RAE, y es la pestaña que forma el encuadernador en el lomo de un libro sobre las primeras y últimas hojas, para que quepan cómodamente los cartones que han de cubrirlas al encuadernarlo.
Sin embargo, en Argentina se le llama también canal, que es el espacio que hay entre la tapa y el lomo de una encuadernación, en la tapa suelta. También se le puede llamar bradel, que es un tipo de encuadernación que consiste en dejar un canal entre el cajo y la tapa del libro.
Es una parte externa del libro que no todas las ediciones tienen. Por ejemplo, los libros de tapa blanda o rústica no suelen llevar cajo, mientras que los de tapa dura o cartoné sí lo tienen.
El cajo tiene como finalidad principal preservar el libro de los posibles deterioros que a lo largo del tiempo le pueden afectar, como golpes, insectos, polvo, decoloración, humedad o deformación. Además, le da un aspecto más elegante y profesional al libro, y facilita su identificación en las estanterías.
