En la impresión digital encontramos dos formas de impresión diferentes, según el método empleado por la impresora para plasmar las imágenes y diseños en el soporte.
INKJET O INYECCIÓN DE TINTA:
Este tipo de impresora trabaja con cartuchos de tinta líquida. La impresora recrea la imagen que queremos plasmar propulsando pequeños chorros de tinta sobre el papel o soporte elegido. Al entrar en contacto con el soporte, esta tinta líquida se solidifica y se queda fija. La impresión inkjet muestra colores y textos brillantes, por lo que está pensada para imprimir imágenes y diseños con definición y detalle y matices de colores interesantes.
LÁSER O TÓNER:
Estas impresoras emplean un láser que se mueve hacia delante y atrás dentro de una tabla en su interior, creando de esa manera electricidad estática que atrapa las partículas de tóner, transfiriéndolas al papel o soporte. Estas partículas finas o polvo de color quedan adheridas en la superficie mediante calor.
Es muy aconsejable para imprimir textos, ya que la impresión mediante láser consigue unos caracteres más claros y nítidos que la impresión mediante inyección de tinta.
Una característica de este tipo de impresión es el acabado satinado o brillante que otorga a las impresiones, independiente de si el soporte para la impresión es brillo o mate.